Izquierda Unida promueve la cultura musical en Rincón de la Victoria, con alegaciones a la Ordenanza contra la contaminación acústica.

Izquierda Unida promueve la cultura musical en Rincón de la Victoria, con alegaciones a la Ordenanza contra la contaminación acústica.

Izquierda Unida promueve la cultura musical en Rincón de la Victoria, con alegaciones a la Ordenanza contra la contaminación acústica.

Para Izquierda Unida la cultura tiene que ser un motor económico para Rincón de la Victoria, por ese motivo consideramos que se debe aprovechar la Ordenanza contra la Contaminación Acústica para la promoción de la música en nuestro municipio, garantizando en todo caso el derecho al descanso de los vecinos.

Sin embargo, esta Ordenanza propuesta por el gobierno municipal, no viene a solucionar ninguno de los problemas de convivencia que sufre Rincón de la Victoria, sobretodo de cara a la época estival, en la que conciertos y otras manifestaciones culturales se suceden en lugares públicos y privados, sin ningún tipo de regulación que limite esta acción, ni les preserve de denuncias de vecinos.

Ante esta situación, Izquierda Unida plantea las siguientes iniciativas:

  1. Primero, revisar la Ordenanza Municipal para regular la situación que se genera, sobretodo en periodo estival, y conciliar los intereses entre establecimientos hosteleros, músicos, particulares y vecinos.
  2. Establecer un mapa en el que se regule en qué zonas se puede, y en qué zonas no, desarrollar las actividades culturales que generen ruido, y cuáles son los límites en las que sí se pudiera desarrollar.
  3. Establecer los mecanismos claros a los que deben acudir empresarios hosteleros, músicos y vecinos de cara a reclamar sus derechos o comunicar las actuaciones.
  4. Llegar a un consenso a través de mecanismos participativos con toda la sociedad rinconera, que encajen todas las sensibilidades relativas a esta situación.
  5. Establecer la campaña comunicativa con locales y vecinos de las zonas más afectadas para el conocimiento de la nueva normativa.

Para conseguir el objetivo de un municipio turístico amante de la música y la cultura hemos planteado alegaciones a la Ordenanza contra la contaminación acústica, en concreto proponemos modificar el artículo 52 que determina: “Las actuaciones musicales en la vía o espacios públicos no estarán sometidos a autorización administrativa” por lo que no necesitan una autorización municipal para poder tocar música en un local, una terraza, o en plena calle. Sin embargo, acto seguido señala que “sin perjuicio de que no podrán ocasionar molestias que impidan el descanso de los vecinos”. Es decir, de esta forma se vuelve a dejar a criterio subjetivo del vecino o agente de la autoridad correspondiente, por ese motivo proponemos eliminar este elemento de la ordenanza, porque de esta forma no se crea ningún tipo de seguridad jurídica para ninguna de las partes afectadas en la situación, e insistimos en que debería establecerse una limitación horaria y de sonido, que, deberá además depender del tipo de zona será una u otra.

→Esto último dependerá del “Mapa de ruido”, uno de los principales objetivos de esta OM, pero que sin embargo no se desarrolla, sino que se recomienda en ella su posterior desarrollo. Es básico para esta OM que junto a ella vaya un Mapa de Ruido que determine las zonas en las que no se pueden hacer actuaciones musicales, en cuáles sí, y las limitaciones según la tipología que se determina en el artículo 9 de la OM.

→En el mismo Artículo 52 se prohíbe en todo caso que se empleen elementos de percusión, o se amplifique el sonido, por lo que, aunque previamente te ha dicho que se pueden realizar actuaciones musicales, prácticamente esto está descartado con dicha limitación. Sin embargo, hace referencia a “zonas especialmente delimitadas”, que sin embargo no se delimitan en la OM, y será donde se puedan utilizar dicha percusión o elementos de amplificación y reproducción de sonido.

En definitiva, la Ordenanda Municipal no trae luz, sino que genera prácticamente la misma inseguridad jurídica que la situación actual, en la que los locales y los particulares hacen manifestaciones culturales en las que se emplean actuaciones musicales, o elementos de amplificación de sonido sin ningún tipo de seguridad, y con denuncias, problemas, y el consiguiente nerviosismo que genera en la población.

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