Izquierda Unida Rincón de la Victoria

IU Rincón quiere nombrar la biblioteca de Benagalbón

IU Rincón quiere nombrar la biblioteca de Benagalbón

IU Rincón quiere nombrar la biblioteca de Benagalbón

IU Rincón presenta en el próximo pleno de marzo, a través de Con Rincón, una moción para nombrar la biblioteca de Benagalbón con el nombre del poeta Antonio Muñoz Frías.

Desde nuestra formación queremos rendir homenaje a nuestro compañero casi centenario, Antonio Muñoz Frías, aplicando el punto 4 de la moción institucional (11.679/2015) del pleno del 25 de noviembre de 2015, donde se acordaba tener en cuenta su persona para nombrar una calle o un centro educativo, en este caso sería nombrar la biblioteca de Benagalbón dada su especial vinculación con este núcleo.

Para quien no conozca a Antonio, nació en el Hospital Civil de Málaga, el 29 de septiembre de 1926. Hijo de padres del pueblo de Comares, fue el quinto de ocho hermanos, todos ellos varones. A poco de empezar la guerra civil española, a los ocho meses, su padre fue fusilado y, seguidamente, su madre encarcelada. A los diez años se ve obligado a comenzar una larga carrera de aprendiz de muchos oficios, hasta que termina como ferroviario, empleo que desempeña durante 49 años.

Nuestro autor, de formación autodidacta, ha escrito poesía a lo largo de toda su vida, siempre a caballo entre Madrid y Málaga, aunque desde hace más de 40 años tiene casa en Rincón de la Victoria, donde pasa largas temporadas.

En el año 1987 publicó el libro “Poemas desde mi barca varada” y en 2003 “Relatos de una infancia”. “Con los poemas al hombro” lleva Antonio Muñoz Frías toda su vida; pero lejos de que esta circunstancia suponga una pesada carga en su hatillo, para nuestro amigo la poesía ha sido siempre una fiel compañera, y le ha ayudado a afrontar la dura realidad que le correspondió vivir como niño, cuando a los diez años fusilaron a su padre y encarcelaron a su madre, convirtiendo así a toda su familia en inocentes víctimas de la cruel guerra civil. En parte por esta razón, desde muy joven y hasta nuestros días –hoy a punto de convertirse en centenario- este escritor de versos se ha mantenido fiel a su propio estilo y, de la mano de sus inseparables musas, ha evocado constantemente y con admirable sentimiento, su tierra, el mar, la poesía, el trabajo, la política, la cultura, el amor, la infancia, la vida y la muerte.

“Con los poemas al hombro” es precisamente el título del poemario con el que se rindió un homenaje institucional el 4 de diciembre de 2015 al poeta de la blanca y larga melena, como cariñosamente se le conoce a Antonio en el municipio de Rincón de la Victoria, y que presentó el propio poeta, la Asociación Círculo Cultural Bezmiliana y el Ayuntamiento de Rincón de la Victoria. Un poemario con algo más de un centenar de poesías, donde se puede leer entre líneas buena parte de su vida. De hecho, en esta antología, hay rimas que están fechadas desde los años cincuenta hasta llegar a nuestros días.

Estos poemas no son más que una muestra de los más de dos mil que ha escrito nuestro poeta a lo largo de su vida y que el autor ha puesto a disposición de todos los vecinos de Rincón de la Victoria.

Formó parte del consistorio rinconero como concejal durante unos meses en la legislatura 2003-2007. De esta breve etapa como edil destacar que, muchas de sus intervenciones como portavoz de su grupo político, las hizo, no en prosa, sino en verso, algo novedoso y muy característico de su personalidad y por lo que también se le recuerda en el universo político rinconero.

Gracias a la poesía, sin cuya presencia no se podría entender la vida de Antonio, su deseo autodidacta de aprender no ha cesado nunca, como se deduce claramente de sus versos:

Había una vez un hombre
nacido de una mujer
que, por poeta, soñaba
con aprender a saber.

Asimismo, también con sus rimas, nuestro amigo ha luchado siempre por un mundo mejor:

Así que el poeta estaba
entre su bien y tanto mal,
confuso y deseoso
de una nueva Humanidad.

Antonio Muñoz Frías, en cierta forma, nunca tuvo infancia, pues le fue cruelmente arrebatada, pero bien es cierto que en todo este tiempo tampoco ha dejado de ser aquel niño que buscaba la justicia y que soñaba con mejorar todo cuanto se hallaba en su entorno. Así, el poeta escribe:

Niño, barca, mar y sueño,
sueño, niño, barca y mar
varado tienen al verso
porque la luna no está.

El niño quiso de noche
ir volando hasta la mar
y la mar aquella tarde
se había ido a pasear.

Además, cabe destacar su especial vinculación con el núcleo de Benagalbón donde participó de forma activa en la organización de la Semana Cultural y dirigió el grupo de teatro Ábrego, que se formó con las vecinas y vecinos del pueblo, siendo una clara muestra del compromiso y apuesta por la cultura por la que Antonio vive.

También, en esta moción que presentamos, pedimos que el Ayuntamiento se comprometa a aceptar la donación de libros que Antonio quiere realizar a Rincón de la Victoria dándoles cabida en los fondos municipales y exponiéndolos en las bibliotecas de los distintos núcleos de nuestra ciudad. Haciendo especial hincapié a tener una librería dedicada a él en la biblioteca de Benagalbón.

Os dejamos con un par de poemas (de entre los muchos dedicados a distintos puntos de nuestro municipio) que se pueden encontrar en su obra «Con los poemas al hombro» publicada en 2015.

A TI TE CANTO, RINCÓN DE LA VICTORIA

¡Ay, Rincón de la Victoria,
es tu nombre tan bonito,
que te quisiera cantar
con mi verso empobrecido!

Cantar quisiera, a tus playas
y a un Rincón, todo florido,
donde susurra la luna
al ver mi nieto dormido.

Quiero cantar a tu iglesia
en una tarde de julio,
cuando la Virgen la llevan,
con tanto amor, los marinos.

Cantarle, quiero a La Cala,
Benagalbón, ¡No te olvido!
Que a ti te llevo en el alma
con La Torre y con tu río.

Voy a cantarle a las escuelas,
¡Cómo me duele, de niño,
que por la escuela, la vida
me vistiera de suspiros!

Mi canción, a las muchachas,
al Instituto, subiendo cada mañana, la cuesta,
con sus libros y con sus sueños.

Y a un marengo, que a la sombra
de un barco, en el varadero,
está remendando redes
con la esperanza hecha anhelo.

Le cantaré a la alborada,
cuando camino va abriendo
a las barcas mañaneras
y a la red que se va hundiendo.

Al pescador y a la barca
trajinando, entre suspiros,
con el copo, que regresa
¡Virgen del Carmen, vacío!

Al mar, que cada mañana
me dice, en silencio, versos,
de noche, duerme a mi vera
y yo, en sus olas me duermo.

¡Ay, Rincón de la Victoria!
Aunque no creas, contigo
soy feliz, cuando a tu sombra
me nacen poemas-niños.

Feliz cuando se hace cuna,
anocheciendo, el rocío,
y el barco de mi escritura
la mar lo lleva mecido.

¡Ay, mar de las gaviotas
bordando en las olas, trinos
mientras faenan marengos
en quejumbrosos barquitos!

Mira, Rincón, con la luna
tengo quejas de sus celos,
porque se queda en Albenda,
con Gloria, la de los versos.

Quiere, la muy caprichosa,
de ti, llevarse los ecos
y acurrucar en las callejas,
lluvia, mar, belleza y viento.

Y yo, acurruco mis lágrimas,
¡Lloro de agradecimiento!
Al darte, Rincón, las gracias,
porque tu hijo me has hecho.

Rincón de la Victoria, primavera, 1991.
BENAGALBÓN Y SUS CAMPANAS

Benagalbón, tus campanas,
dulces campanas de pueblo,
hoy, quieren ser más alegres,
con más voz de pregonero.

Quieren, si llaman a misa,
que su tañer sea eco
desde una esquina a otra esquina,
desde un arroyo a otro arroyo.

Quieren llenar ¿Por envidia?
de verdiales y credos
todos los montes y viñas,
la brisa, el mar y los vientos.

Ellas quieren ser alondras,
cantar por todos los cerros,
y al repicar, de alegría
llenar olivos y almendros.

Quieren, en la Candelaria,
al ir la Virgen saliendo,
quieren, las dos, acompañarla
por las esquinas del pueblo.

Quieren mirarse en la Virgen,
en su manto y en su trono, y,
como en Silos, se visten
de gregorianos ecos.

Quieren bordar en el manto,
con hebras de brisa y viento,
un tañer de melodías
y musicales encuentros.

Repican con alegría
en bodas y casamientos
llamando en las celosías
de mozos casamenteros.

Recatadas, cuando doblan
con dolor y sentimiento,
las campanas nos recuerdan
que nuestro andar no es eterno.

¡Campanas, siempre campanas
llenando todos los vientos,
con su tañer hecho nanas,
de la bondad de este pueblo!

Benagalbón, Fiesta de las campanas, julio de 2000.
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